Un día como hoy de 1980 un grupo de visionarios integrado por Mons. Agripino Núnez Collado, rector de la PUCMM, EL Dr. Juan Tomás Mejía Feliú, el Dr. Leonel Rodríguez Rib, rector del IES hoy UNAPEC, el Dr. José Hazim Frappier, rector de la UCE, y el Dr. Eduardo Latorre, rector del INTEC, decidieron fundar a la Asociación Dominicana de Rectores de Universidades, ADRU, como un organismo de carácter participativo y democrático orientado a velar en todo momento por la calidad de los estudios superiores.
Con este acto, la ADRU le rinde tributo a quienes tomaron la sabia decisión de instaurar esta asociación como un mecanismo de permanente reflexión sobre los diferentes aspectos que inciden en el desarrollo y consolidadación del sistema de educación superior del país.
La ADRU ha estado presente, desde su creación, en la discusión y puesta en marcha de las principales decisiones que se han adoptado en materia de educación superior en el país. Recordemos algunas de ellas:
En su momento, la ADRU se manifestó públicamente sobre la creación indiscriminada de instituciones y las implicaciones que esto pudiera tener en la calidad de la oferta educativa. Sus acciones fueron orientadas a proponer en diferentes oportunidades la creación de un organismo regulador de las IES y a precisar los requisitos que se debía cumplir para establecer un nuevo centro de estudios superiores.
En 1983, luego de eventos traumáticos en la educación superior dominicana, el Poder Ejecutivo creó, mediante el decreto 861, la Comisión Nacional de Educación Superior, CONES, cuyo informe debía “recomendar las reglamentaciones que considere necesarias, así como los mecanismos de aplicación” en un plazo de noventa días, tiempo durante el cual se congelaba la creación de nuevos centros de estudios superiores.
El informe de la comisión antes citada, permitió la emisión del Decreto 1255 del 25 de julio del1983, mediante el cual se establecieron por primera vez requisitos mínimos para la creación de nuevas universidades y, además, se creó el Consejo Nacional de Educación Superior, CONES, hoy Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, MESCYT. En la comisión que formuló estas recomendaciones representantes distinguidos de la ADRU jugaron un papel estelar.
La preocupación de la ADRU no se ha limitado a exigir regulaciones para la educación superior en su conjunto, sino que también ha establecido mecanismos internos y externos para verificar que las instituciones que la integran cumplan con las regulaciones existentes en el país y que las mismas tengan una preocupación constante por la calidad de sus resultados.
Es por ello que la asociación viabilizó la creación de la Asociación Dominicana de Autoestudio y Acreditación, ADAAC, como organismo independiente orientado a la acreditación de las IES del país. Este mecanismo cabra cada día más importancia para la internacionalización de nuestras universidades y la movilidad de estudiantes y profesores investigadores.
La ABUD es otra muestra de la preocupación de la asociación por la calidad de la universidad. Esta ofrece apoyo y asesorías a las universidades para que sus bibliotecas funcionen en base a estándares apropiados. La regulación adoptada recientemente por el MESCYT sobre los requisitos que deben cumplir las bibliotecas universitarias, es el fruto de la ABUD y los mismos se orientan a que nuestras bibliotecas sean cada día mejores, con servicios estandarizados y de calidad competitiva.
Otros organismos creados por la ADRU incluyen el Consejo Atlético Universitario Dominicano, CAUDO, con la responsabilidad de fomentar el deporte en las IES del país y la Oficina Dominicana para el Fomento del Turismo Educativo, ODTE, el cual, por decisión de la misma, opera con total independencia.
En el seno de la ADRU se han creado diferentes comisiones para compartir experiencias y las buenas prácticas de nuestras universidades. Existen las comisiones de vicerrectores académicos, de directores de registro, de vicerrectores financieros, de directores de relaciones públicas, de cooperación interinstitucional, de autoevaluación y la de gestión de riesgos naturales, entre otras. También, redes como RETA orientada a estudiar las nuevas tecnologías de la información aplicadas a la educación.
Como se evidencia en las acciones anteriores, la ADRU es un organismo de la sociedad civil que nació con propósitos claros sobre la importancia de que nuestras universidades tengan en su visión y su práctica una preocupación constante por la calidad y es precisamente por ello que hoy las IES que la integran gozan de un prestigio bien ganado en la sociedad dominicana.
Los rectores fundadores tuvieron la visión de crear este mecanismo como un medio para fomentar las buenas prácticas en los distintos ámbitos del sistema universitario y, en particular, en el seno de nuestras instituciones. Los que hemos continuado la tarea de dirigir la ADRU en sus diferentes momentos, debemos sentirnos agradecidos de la existencia de este mecanismo de concertación de políticas educativas en el nivel superior, ya que muchos de los logros que muestra la universidad dominicana tienen que ver con la labor tesonera de la asociación en la búsqueda de los consensos necesarios que hagan viable la aplicación de determinadas normas.
La ADRU es una aliada natural del hoy Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, en su preocupación por integrar un sistema de educación superior creíble y de alta calidad. Durante sus 30 años de existencia la misma ha actuado en procura de que las universidades miembros logren estándares de excelencia, dentro de un clima democrático y de mutuo respeto a la diversidad institucional.
Por delante resta un gran camino y estamos seguros que las acciones de la ADRU siempre estarán orientadas al fortalecimiento de sus instituciones y a velar por la calidad de la educación superior dominicana, tarea en la cual todos estamos comprometidos.
Santo Domingo, D.N.,
18 de agosto de 2010.