Educación Universitaria

En la entrega del prestigioso El Nacional de fecha 5 de Septiembre. el distinguido profesor y físico nuclear Antonio Almonte, escribió, bajo el título detalles, un breve artículo en que hace referencia a aspectos fundamentales de la formación de los bachilleres que egresan del sistema educativo dominicano, en especial, lo referido a la enseñanza de las ciencias básicas en las escuelas del país. Precisa en sus notas que los docentes de estas disciplinas poseen una formación intelectual precaria, que los mismos no profundizan en los aspectos fundamentales de las ciencias; añade, que los programas de estudios ofrecen contenidos diversos “que pasean a nuestros alumnos por todos los lados,” pero que no permiten la profundización y concluye que los bachilleres que hoy llegan a las aulas universitarias son los hijos del Plan Decenal.

En verdad, el prof. Almonte tiene la razón. Nuestra escuela ha sufrido un deterioro constante en la formación en las áreas científicas y en gran medida este hecho se debe a que existen muy pocos docentes formados en física, química, biología y matemática, por citar estas cuatro disciplinas de suma importancia en la formación integral de las personas.

En lo que se refiere al comentario sobre los programas de estudio, limitaría su alcance a los que corresponden al nivel básico, sobre todo, a los cuatro primeros grados, en los cuales las ciencias naturales y sociales se deberían enseñar integradas al español y la matemática y concentrar el esfuerzo principal en el aprendizaje efectivo de estos dos campos del saber.

Otro aspecto importante tiene que ver con la orientación que en las últimas dos décadas se ha dado a la formación de los docentes. En este sentido, el énfasis se ha puesto en la naturaleza del nivel en que enseñará el nuevo docente luego de concluir sus estudios en las universidades y no en la naturaleza de las disciplinas de enseñanza. Esto conduce a una formación general y precaria en los campos curriculares, cuando lo recomendable es la especialización disciplinar para lograr elevar el nivel de conocimientos en las áreas de referencia que tanto preocupan al profesor Almonte.

Es por lo anterior que entiendo que el proceso para aumentar la calidad de nuestras escuelas y de los egresados de las mismas, pasa necesariamente por una profunda revisión de los pensa de formación docente en nuestras universidades, en coordinación con las secretarías de estado del ramo.

Quiero acotar, finalmente, que el Plan Decenal como proyecto de desarrollo educativo a largo plazo, fue bien concebido y es el único ejemplo de concertación entre las fuerzas vivas del país, en especial de los actores políticos. No obstante, su implementación fue afectada por el la ausencia de un financiamiento sostenido, que en el mejor de los casos debió alcanzar el 4% del PIB y que en la realidad nunca ha logrado llegar al 3% en los 16 años transcurridos luego de la concertación. Entonces, ¿el fallo es del plan o de aquellos que deciden las políticas públicas?