En el Congreso Nacional se discute en estos momentos una nueva Constitución enviada a dicho organismo por el Presidente Leonel Fernandez, quien se ha definido como el presidente modernizador y de hecho su eslogan de campaña E pa lante que vamos! da la impresión de que sus preocupaciones fundamentales se orientan al progreso nacional. Siempre él ha sostenido que para modernizar al país la educación juega un papel importante. Sin educación no hay futuro ha dicho en reiteradas ocasiones.
Sorprende, por lo anterior, que ese Presidente dicho moderno enviara al Congreso la propuesta del artículo 52 que propúgna por la educación universal para los dominicanos y para los extránjeros que habiten en el país legalmente, con lo cual excluye del derecho a la educación a los habitantes ilegales. En esencia el propósito de este artículo es excluir de las oportunidades educativas a los haitianos, que constituyen el grupo étnico mayoritario y contra el cual existe una campaña de los neonacionalistas para impedir que estos obtengan la nacionalidad dominicana.
El despropósito de excluir a los ilegales haitianos de las oportunidades educativas violenta el derecho universal a la educación y convensiones internacionales de las cuales el país es signatario. Tal es el caso de la referida a la no discriminación por razones de raza, la declaración universal de los derechos humanos y la que se refiere a la buena convivencia entre naciones y sobre la necesidad de vivir en paz entre pueblos y naciones.
En esta materia, la propuesta Constitucional del Presidente es más atrazada que la vigente, la Constitución del 1966, que establece que el Estado está en el deber y la obligación de ofrecer una educación universal y gratuita para todos los habitantes del país. Esta declaración está en consonancia con la tendencia de los países más desarrollados y con las declaraciones de los organismos internacionales que declaran la necesidad de una educación de calidad para todos, sin exclusiones.
Estoy seguro que el Presidente no consultó a los expertos de su partído para proponer el nefasto artículo 52. Ligia Amada y Alejandrina le hubiesen dicho, supongo yo, que esa propuesta era contraria a las orientaciones de política educativa que predominan en el mundo y que de ser aceptada convertiría a nuestro país en un país racista, que excluye a los niños de las escuelas por razones de origen racial, cuestión esta superada por Africa del Sur y la batalla de Mandela contra la segregación racial.
Con este artículo, la pretensión del Presidente de ser considerado un hombre de ideas avanzadas y que apoya los esfuersos del país para mejorar su educación, se quedan en el vacío. En cambio, con esta idea el presidente asume el pensamiento más conservador del país, superando, incluso, al Presiente Balaguer que motorizó la Constitución del 66 y el derecho a la educación para todos. A partir de ahora, dónde hubicar a nuestro presidente en la derecha o en la extrema derecha del pensamiento político?.
Norka Pichardo S. Says:
agosto 6th, 2020 at 2:58 pmVisit Norka Pichardo S.
En mi opinión, la medida debe de ir orientada a regularizar y cobrar los impuestos necesarios a esa comunidad de ilegales, también, controlar la entrada en la frontera. Con el dinero recaudado se puede invertir en preparar ofertas de educación para los extranjeros, evitando que nuestras políticas sean tildadas de racista, que excluyen a los niños de las escuelas por razones de origen racial.
Creo que se debió orientar su propósito a regularizar el acceso de todos los extranjeros a la educación y establecer requisitos de algún documento de su país de origen, legalizado en República Dominicana.